Este verano la imaginación de los belgas ha volado más lejos y desde la prensa francófona se ha lanzado una idea nueva, la posibilidad de crear un estado federal junto con Luxemburgo: el Gran Ducado, Valonia, Bruselas y la Comunidad Germanófona (70.000 habitantes repartidos en varios pueblos, antes alemanes, en las Ardenas). Una suerte de “Luxonia” -como lo denomina con sorna un amigo belga pero primero flamenco- con la que, dicen, no se buscaría simplemente “sustituir” a Flandes ni de buscar a alguien que pague la factura del paro valón, sino avanzar en un proyecto común aprovechando los lazos lingüísticos y económicos. Sin embargo, la esperada crisis, probablemente no es más que un paso más en dirección del acuerdo. “Vale ya de pedir la luna, acaben la campaña electoral y siéntese al fin a negociar”, espolean a los políticos comentaristas de postín y belgas de a pie, hartos de la academia de Val Duchesse, el melodrama del verano de 2007. De las actuales negociaciones saldrá probablemente lo que se conoce en toda Europa como un “compromiso a la belga”, una solución con la que nadie está satisfecho del todo pero que vale para ir tirando, al menos de momento. Como la Belgique misma. - blogs.lavanguardia.com